Necesitamos
2 tazas de harina integral
1 taza de agua tibia
1 + 1/2 cucharadas de levadura instantánea
1 sobrecito de Natuvia
Sal al gusto
Orégano fresco al gusto
Romero fresco al gusto
Tomillo fresco al gusto
Opcional: 1 cucharadita de aceite de oliva o aceite de coco derretido
Manos a la Obra
Para empezar ponemos el agua tibia, el sobrecito de Natuvia y la levadura en un bol mediano. Mezclamos bien y dejamos reposar unos 10-15 minutos hasta que la mezcla de levadura crezca y muestre burbujas.
Una vez que la mezcla de levadura está lista, agregamos la sal y la harina y mezclamos muy bien usando las manos. Una vez que logramos una masa maleable que no se pegue a nuestras manos, formamos una bola con la masa y la dejamos reposar durante unos 20 minutos hasta que doble su tamaño.
Seguidamente tapamos el bol y lo llevamos a refrigeración. Lo dejamos ahí durante la noche (unas 8 horas).
Una vez transcurrido el tiempo en refrigeración, sacamos el bol y dejamos reposar durante unos 20 minutos. En ese momento precalentamos el horno a 350F.
Usando las manos le damos forma a la masa y la colocamos en el molde que vamos a usar. Usando las manos cubrimos bien el fondo del molde con la masa, estirándola cuidadosamente (sin romper la masa). Hundimos la masa con los dedos para hacerle “camanances”. Opcionalmente: untamos la masa con el aceite y nos preparamos para decorar. Decoramos con las hierbas y agregamos sal marina (gruesa) al gusto.
Llevamos el molde al horno y horneamos durante unos xx minutos hasta que la focaccia esté doradita.
Servimos de inmediato.